Y aquí inauguramos con la 1º entrevista abierta de La Escalada Erística!!
Una charla con Ricardo Toriano, un punk que se convirtió en Gong Player!!
Muchas gracias Ricardo por recibirnos y conversar abiertamente con miembros de la legión dinámica de la Discordia!
Como siempre, "no crean nada de lo que lean". Salve Eris!
Sagrado Fenderson: Me
estabas contando sobre tu tatuaje, ¿Cómo se llamaba?
Ricardo Toriano:
Karaniya Metasutta
S.F. : Sutra del amor incondicional?
R.T.: Si.
SF.: Lo tenés tatuado en los dos brazos, en su lengua pali, la original. ¿y qué
enseñanza nos deja el Sutra?
R.T.: Tiene que ver
con el hilo en común que tienen todas las religiones, que es amar a todos los
seres, porque es lo que nos identifica con la divinidad. En el canon pali están los discursos cortos, medios y largos. Asi se divide. El dammapada por ej., son
sermones cortos. En éste discurso que dijo Buddha hace 2.500 años, uno de sus
tantos discursos, hay una frase que siempre me emociona cuando lo leo, que es
muy fuerte: “que ames a todos los seres como una madre ama a su hijo” Y creo
que es el amor más incondicional que puede existir. El hijo puede ser un
asesino y la madre lo va a seguir amando igual, por más que reconozca el horror
de sus acciones. Y eso te pone en un lugar en donde el odio no tiene lugar. Y
qué difícil que es.
S.F.: Llevarlo a la práctica con todos los seres no?
R.T.: Con todos los seres, porque las relaciones son
complejas.
S.F.: Uno tiene afinidad a veces con ciertas cosas y con
otras no. Uno puede llegar a detestar al prójimo.
R.T.: Totalmente, a odiar, a querer matar! (risas)
S.F.: Pero no! (risas) Por eso tenés el mensaje tatuado en
tus dos brazos.
R.T.: Son 20 líneas, entonces son 10 en cada brazo. Por eso
la finalidad es tan zarpada, si vos lográs esa excelencia de amor, no volvés a
renacer en este plano. Superaste todos los obstáculos, del ego, de todo.
S.F.: Trascendés el plano. Qué bueno, interesante, ya estoy
aprendiendo. ¿vos practicaste budismo?
R.T.: No. No creo en las instituciones. Creo en las
coordenadas de las enseñanzas, pero no creo en el que las reinterpreta, y la
institucionalidad tiene que ver con egos y grupos que muchas veces quieren
adueñarse del mensaje, de las técnicas. Y ahí es cuando entro en conflicto, por
eso prefiero no pertenecer a ninguna institución, pero si seguir creyendo en
las coordenadas. Las religiones son instituciones.
S.F.: Mira lo que pasó con el cristianismo.
R.T.: Con todo no?
Dentro del budismo tibetano también hay muchas líneas, hay internas de
poder. Tal vez no se matan, o si, no lo se (risas) vamos a dejar el
beneficio de la duda.
Pero eso es lo que sucede con las instituciones cuando los
seres humanos tratan de posicionarse en un lugar de poder político-religioso
como es el vaticano, como es el dalai lama, como es el sheik, etc.
S.F.: Claro, es como que son los dueños, que la agarran en
el puño, o pretenden agarrar todo en un puño para a través de eso ejercer un
poder político y social de control. Muy opuesto al principio de las enseñanzas
que, en todo caso son para liberar, o hacernos crecer o en todo caso acercarnos.
No dividirnos y jerarquizarnos tanto.
R.T.: Desconozco si
Jesus fue tan contundente como la frase que dijo buda “yo no dependo del shanga
ni el shanga depende de mi.” Un mensaje tan directo de no-institución. Sino de
que esto es una práctica, la práctica es el maestro.
S.F.: Sigan la via.
R.T.: Estas son las coordenadas, yo te marco el camino y vos
tené tu propia experiencia.
S.F.: Como las últimas palabras a Ananda: “Se tu propia luz,
se tu propia lámpara. No busques refugio afuera.” Es muy claro al respecto.
R.T.: No se si Jesus lo dijo, pero supongo que lo dio a
entender de alguna manera..
S.F.: Cuando dice “no
busquen afuera el reino de dios, sino que está dentro de uds.” Es el mismo
mensaje.
(pausa)
S.F.: Me gustaría que me cuentes de tus actividades. Además
de ser Gong player también haces actividades de terapias alternativas. ¿Cómo
empezaste, cómo fue que te acercaste a todo esto?
R.T.: No se si te conté esto, pero en el año 1985 fui uno de
los organizadores del 1º festival de punk rock de la Argentina. Que se realizó
en Lanús en una sociedad de fomento. Me
acuerdo que tocó Trixy y los maníacos, Todos tus muertos.
S.F.: ¿Vos lo organizaste el festival?
R.T.: Fue como que me tiraron la pelota y yo
inconscientemente la agarré y salió
fantástico. Una anécdota es que el lugar estaba tan escondido, ahí cerca de
Gerli – dónde estaba Alerta Roja- que estaba la brigada buscando el lugar y no
lo pudo encontrar. Ese fue el 1º festival, después los organizo Patricia de She
Devils, que fue como un estandarte femenino del punk.
Te cuento esto porque después seguí rockeandola en los 80
que fue una explosión, y los 90 fueron una época de supervivencia.. dónde iban
cayendo amigos, donde surgían drogas nuevas. Y llegó el momento en que después
de rockearla 10 años estaba en una situación extrema en dónde decidí modificar
mi vida porque estaba al límite. Me hice un chequeo general, hasta tomografía
computada, porque quería arrancar de vuelta con una perspectiva más saludable
en mi vida. Y salió todo perfecto, excepto unos valores en el hígado en dónde
se me declaró hepatitis C. Que es una enfermedad crónica, mortal.
S.F.: ¿Tratable?
R.T.: Tratable. En esa época la estaban descubriendo, porque
es asintomática. Y es como una muerte muy silenciosa si no la agarrás. El
método era medio experimental. Entré a tratarme con una vacuna que se llama
interferon. Tenías que aplicártela dia por medio durante un año y medio. Asi
que no tenía alternativa. Comencé el tratamiento y a los seis meses no tenía
resultado favorable, eso significaba suspender.
S.F.: La droga era fuerte.
R.T.: Claro, suspendés para metabolizar y arrancar
nuevamente desde cero. Entonces en ese momento que estaba muy deprimido porque
no me daba resultado el tratamiento, me llama un músico con el que yo había
hecho mi propio proyecto musical que se llamaba “Corpus Cristi”. Yo le comento
que estaba en un momento muy depresivo, dormía con un revolver en la mesa de
luz, para el momento en que no pudiera soportar más la historia, bueno.. por suerte eso no sucedió, llegó esta soga..
y justo le comento que tenía ganas de
salir de la ciudad, para reflexionar y encontrar un poco de oxígeno. Y él me
comenta sobre un retiro, en el año 1998, que resultó ser Vipassana. Yo era un
tipo hiperactivo y muy agresivo en esa
época. Evidentemente el alcohol estaba haciendo mella en mi hígado, y todos
sabemos que el hígado tiene que ver con la agresividad. Asi que siempre andaba
a las piñas por todos lados, borracho.. (risas)
S.F.: Las confesiones
de Ricardo!
R.T.: Asi que fui a
ese lugar que tenía que ver con la meditación, sin demasiadas explicaciones
sobre lo que iba a encontrar, yo le
pedí que me contara pero me digo que
fuera y tuviera la experiencia. Y me encontré en un lugar donde tenías que tomar
ciertos votos, como un monje. Desde ya un voto de silencio, también abstenerse
de drogas, robos, relaciones sexuales,
etc.
S.F.: ¿De una duración determinada?
R.T.: Once días. Y me encontré meditando durante ocho horas
al dia. Mi hiperactividad encontró un freno muy contundente. Los tres primeros
días son una preparación donde se enseña una técnica sobre la atención en la respiración, y al
cuarto dia comenzar con Vipassana, cuya traducción es “ver la realidad tal cual
es”. Cuando llegué a ese cuarto dia me
dolía todo.. y ahí me di cuenta que durante toda mi vida había estado escapando
del dolor y de que, ilusoriamente, pensé encontrar en ese lugar un bálsamo y encontré
todo el dolor del que me había estado escapando durante treinta años! El cuarto
dia comienza Vipassana. El comienzo de la depuración mental. Durante tres
momentos de ese dia te invitan a tomar una firme determinación: no mover las
piernas ni las manos ni abrir los ojos. Y ahí es cuando te atacan todos los
demonios, te empiezan a pegar. Pero decidí no romper la postura y fue tanto el
esfuerzo cuando estaba culminando la hora, que me quebré una muela, por no
romper la postura. Era un dolor tan intenso que me veía como en las torturas
medievales, en la dama de hierro. Me acuerdo que cuando me fui a dormir a la
noche – estaba en una habitación my pequeña, solo. Tenia una ventanita muy
chica, un lavamanos y una cama, en un metro y medio por dos-, me acosté y mi
percepción se había super expandido. Podia escuchar los pasos de las cucarachas
a metros de distancia. Y empece a sentir algo en los pies. Frio. Y ese frio
empezaba a subir por las piernas y yo me dije : “me estoy muriendo”. Entonces
apareció la idea de pedir auxilio, de romper el silencio. Pero inmediatamente
surgió otro estado: “que paz que siento “ solamente estaba en mi fantasia y la
estaba viviendo y me dije: “si tengo que morir que bueno morir en este estado”
S.F.: Aceptación.
R.T.: Si. Y siguió subiéndo este frio y me dije que cuando
llegara al corazón iba a morir. Y llegó al corazón y se apagó la luz, no se si
me desmayé o me había muerto , pero perdí la conciencia y algo sucedió. Y me
despertó el sonido del gong a las cuatro y cuarto de la mañana, y dije: “hay
gongs en el cielo” . Abri los ojos y dije estoy vivo. Me lavé la cara, me apoyé en la bacha, miré
hacia arriba y dije : “ok, firmo!”. Asi
que pacte con la vida, con dios de vuelta, o por primera vez de una forma muy
consciente. Y fué un momento muy importante en mi vida. Sali siendo otra
persona. Tuve que empezar a reconocerme desde cero, con otra actitud que no pensaba que iba a tener. Realmente había
funcionado esa técnica en mi y salí siendo otra persona, admirándome de mis
aptitudes. Me había mandado muchas cagadas, con mi familia, con amigos. Y lo
primero que hice fué ir a pedirles perdón, sin importarme lo que iba a recibir,
sino que necestiaba pedirles perdón. Y del otro lado recibí lágrimas a las que
me sumaba. Fue muy fuerte esa transición y tardé mucho tiempo en contar toda
esta experiencia.
Cuando salgo ese domingo del curso, el lunes tenia que
hacerme los exámenes. El jueves tenía los resultados, los abrí en la verda y
todos los valores estaban normales. Lo voy a ver al gastroenterólogo y me
preguntó qué había hecho. Totalmente sorprendido. Y le dije que había ido a un curso
de meditación. Y él solamente dijo : “-ahhh”. Y bueno, negativicé el virus.
S.F.: Lo que en seis meses de tratamiento no había resultado.. un nuevo nacimiento.
R.T.. Un nuevo nacimiento. Y ahí empecé a recordar que de
niño quería ser médico, tenía una actitud de servicio hacia los demás. Y
abandoné el control, me dejé guiar y empezaron a aparecer las técnicas. Primero
fue el shiatsu, que me resultó muy cómodo, jamás tomé una nota. Descubrí que
tenía memoria fotográfica y podía reproducir las técnicas perfectamente.
Inmediatamente también surgió otra vuelta de rosca con el
sonido, con la música. Antes de tomar este curso la banda que tenía se
disolvió. Me pelié con la música. Entonces mi hermano me alcanza un cassette
tratando de acercarme al sonido, como desafiándome a ver si podía identificar
los instrumentos que había en ese registro.. y yo escuchaba sintetizadores,
etc. Y él me dice que era una voz humana.
A mi me parecía imposible, le pregunté quién enseñaba esa técnica. Y una
amigo de él estaba tomando clases de canto armónico. Fui y tuve una entrevista
con el profesor y cuando me hizo una demostración quedo realmente
sorprendido. Me muestra una foto de Jonathan Goldman que era un
investigador de música ancestral. Y ahí
me prendí a ese universo vasto que era lo ancestral. Eso que se empezaba a
redescubrir después de tantos siglos, que siempre estuvo sujeto a las elites. Y
empecé a imaginarme como serían todos esos instrumentos que el describía en esa
investigación. Comencé a compilar cds de música ancestral del mundo. Después pude ver los cuencos, en un lugar que se llamaba
namaste, y me llevé como 9 cuencos. Esto a fines de los ’90. Investigué sobre
los cuencos y descubrí que iba recibiendo cosas con sus sonidos.
S.F.: ¡Sonidos con mensajes!
R.T.: Claro! Cosas que entraban por el brazo hasta el
cerebro y me decían “la cosa es así”. Luego de tres años comencé a compartir lo
que había aprendido. Hice seminarios. Llegué luego a los cuencos de cuarzo y
comencé a combinarlos. Y ahí empecé a jugar y a dar conciertos.
En el 2007 me llega un mail
sobre un maestro de Gong que venía a bs. as. Lo primero que se me ocurrió
fue un prejuicio muy grande: otro yanqui que viene a robar. Y lo descarté.
Como la vida da vueltas, a los dos años fui a conocer El
Bolsón, y me encuentro con una alumna de cuencos que era profe de yoga, y me
dice que tenía una amiga que iba a traer un maestro de Gong y va a pasar por bs
as. Había pensado en mi y mi espacio. Ahí recordé , y como estaba mucho más
abierto y menos prejuicioso le dije que si. Y resulta que era la
misma persona que había rechazado la vez anterior. Nada más ni nada menos que Don Conreaux que
es un maestro de Gong muy reconocido a nivel mundial por su forma itinerante de
difundir el camino del Gong. Cosas que otros maestros no tenían, eran más bien
elitistas.
Yo estaba muy contento porque hasta ese momento no había
tenido ningún maestro de sonido. Y cuando lo vi parecía el mago Merlin. De
hecho su aspecto, su pelo ceniciento, su barba, era Merlin! Yo estaba muy
contento de tener la posibilidad de estar ante un maestro de sonido que estaba
ese camino hacia cuarenta años. Dió un baño de Gong, le hicimos una entrevista
que fue la 1º traducida al castellano. Y me pareció super interesante.
Luego se fue para el sur. Y la verdad que yo no había podido relajarme y percibir todos
los beneficios de su actividad porque estaba en la parte organizativa. Entonces me dice que se iba en avión y me
deja los gongs para que se los envíe por micro. El dia que iba a viajar en
avión hace erupción el volcán Chaiten en Chile y se suspenden los vuelos. Me
llaman desde bolsón diciéndome que se suspendía el seminario porque ya estaban
llegando las cenizas. El avión de Don
fue el último que despegó. Yo estaba pendiente del teléfono a ver cómo hacía
con las cosas. Me llaman para avisarme que se habían abierto un par de rutas y
me vuelven a llamar desde el bolsón diciéndome que si bien habían suspendido,
los locales de allá iban a participar.
Y acá viene la anécdota. Voy con un amigo hasta la dársena
de retiro via Bariloche. Y había un montón de comisarios de a bordo y teníamos
miedo que nos reboten por el volumen. Entonces estaban ellos entre los gongs y
nosotros. En un momento se abrieron y me preguntaron :-¿qué llevas ahí adentro?
Y les dije que eran gongs. Me preguntaron si sabía tocarlos. Les respondí que
no, que los estaba llevando para el maestro y que yo iba a aprender. Entonces
se miraron entre ellos y dijeron: “-la humildad del maestro!”. Yo me pensé que
me estaban cargando, pero no era asi! Se estaban comiendo la película de que yo
era el que los tocaba, y de hecho, no viajaron en la baulera los gongs, sino
que los llevaron ellos en la cabina. Viajaron gratis!
Llego al bolsón, se realiza el seminario. Y ahí me enamoré
de los gongs, comencé a escuchar voces humanas que surgían de ellos. Sentí una
conexión muy empática. En uno de los ejercicios, Don dijo que
hagan lo que yo estaba tocando. Eso fue un visto bueno que me incentivó mucho.
Terminado el seminario me dije que eso era lo que quería hacer. Ahí empezó mi camino
con el gong. Luego realicé otro seminario de training con él y ya se refirió a
mi como el “gong master de bs as”! Entonces me di cuenta que ponía fichas en mi
y hasta el dia de hoy estoy agradecido con él.
S.F.: Que loco la anécdota de cuando llevaste los gongs y
los comisarios de a bordo te señalaron! Esos eran entidades que te estaban
marcando! (risas) Hay una movida sobrenatural ahí. Te abrieron la puerta, te
llevaron los gongs.
R.T.: De ahí en adelante siempre tuve la motivación de
difundirlos, para que la gente pudiera conocerlos y beneficiarse. Ahí
comencé a organizar eventos, creé un proyecto solidario llamado “om mani padme
hum”, en dónde había un intercambio con la gente. Los eventos eran al aire
libre en el planetario. Los beneficiarios fueron escuelas rurales, creé un blog
que todavía está para el proyecto. Entonces generé un mandala de sonido que
representaran los siete chacras, armando una secuencia de toques. El primer
círculo, que era como el ancla de ese mandala tridimensional de sonido, eran
tambores chamánicos. El segundo circulo
concéntrico eran didgeridoos, el tercero cuencos tibetanos, el cuarto cuencos
de cuarzo, el quinto mantras en sánscrito, el sexto mantras en hebreo. Luego un
círculo de silencio y en el centro los gongs.
Participaban dentro del mandala unas setenta personas. En esos dos años
se juntaron alrededor de siete toneladas de cosas que fueron para las escuelas
rurales.
Después hubo otro proyecto
“Gong urbano por la paz”, que eran apariciones esporádicas en lugares como
florida y lavalle.
S.F.: Sorpresivos. ¡Ataque de gongs!
R.T.: ¡Ataque! Eso fue
en el 2011 con todo el tema de los “arbolitos”, que me querían matar. Me pedían
que parara de tocar porque tenían que elevar la voz cada vez más para hacer
escuchar su “¡Cambio, cambio!”. Después
fuimos a Famatina, en el momento más álgido de la protesta con la minera.
Siempre llevando el mensaje de paz del gong.
Comencé a dar seminarios porque sentí que podía brindar el conocimiento de una forma fácil y
coherente. Durante mis primeros cuatro años me había transformado en un
tecnicista del gong. Al observar a grandes maestros y poder tocar con ellos y
observarlos, me di cuenta que algo no estaba bien con lo que yo hacía, había
algo que me faltaba. En la intimidad les pude preguntar que era lo que me
faltaba. Y me dijeron: la escucha.
S.F.: La escucha en el momento que generás el sonido.
R.T.: El gong tiene un discurso que genera su gama de armónicos.
Son fábricas de armónicos y sabemos que el secreto de la transformación está en
los armónicos, más la intención. Y uno introduce esos armónicos como un canal,
como un mensajero. Entonces el gong es como un relator, un juglar que está
dando un mensaje. Entonces la escucha es fundamental, porque es como si vos
fueras un operador de radio y le bajás el volumen al locutor.
S.F.: Cuando está a punto de decir algo.
R.T.: Exacto. Y el que está escuchando no entiende el
mensaje porque justamente le bajaste el volumen y no llegó el mensaje. Entonces
tuve que reaprender a no cortar el mensaje de ese locutor y ahí cambió mi forma
de interpretar. Y eso es un poco lo que enseño, más allá de las técnicas. La conexión con el instrumento.
S.F.: Con respecto al gong. A mi lo que me pasó la primera
vez que lo escuché, que fue con vos justamente en un concierto que habíamos
organizado con Cristian Bola, fue percibir el sonido como una entidad autónoma
y continua. Y también reconozco que tenía ciertos prejuicios, pero al escucharlo
en una actitud meditativa, cerrando los ojos, llega un punto en que no sabés de
dónde provienen los sonidos. Escuchás armónicos que rebotan por todos lados,
escuchás como capas de sonido de sintetizadores, pero no podés reconocer el
punto desde dónde proviene en el espacio. No hay una fuente de sonido clara. Es
como una envolvente muy poderosa, y físicamente tenés que estar preparado también porque el sonido del gong es muy
fuerte y te levanta , te pega, te patea.
R.T.: Te atraviesa.
S.F.: Es muy poderoso. Está vivo y hay que decodificar el
mensaje que quiere transmitir el gong. Es como que todo instrumento, alguno más
que otros, tienen su propia identidad y uno está ahí, y es como la púa de la
guitarra. El instrumento del instrumento.
R.T.: Algo que me sigue pareciendo super interesante del
gong es la característica de su imprevisibilidad. Cuando lo tocás no sabés que
puede salir. Y eso te lleva a desarrollar una atención plena del aquí y ahora
donde no podés anticipar absolutamente nada.
Eso es increíble porque la vida es así de imprevisible. El gong a mi me
enseño ese canal imprevisible de la vida y cómo fluir. Conectarte a ese canal
de imprevisibilidad y fluir. Cuando lo querés controlar inmediatamente te inmovilizas.
No podes tocar más porque empezás a juzgar. Dejaste de fluir. Es un gran
maestro el gong.
S.F.: Eso me llamó la atención de este instrumento. Como que
tiene su propia inteligencia, su propio mensaje que hay que decodificar. Es un
sonido, una vibración con data. Hay que ver qué es, uno tiene que tratar de
entenderlo. Por ahí no lo podemos entender conscientemente, son esas cosas que
uno puede percibir, sentir, que incluso te modifican, pero no podemos hacer un
manual.
R.T.: Estoy de acuerdo. Están en un código que tal vez entra
a nivel celular. Y la célula que tiene su propia inteligencia o recibe y ahí se
despierta otra consciencia.
S.F.: Y también veo que los que lo tocan son llevados, como
vos me decis, intinerantes . Como que el gong te va arrastrando a lugares en
dónde se necesita esa vibración particular.
R.T.: Si! Yo me
considero un sherpa del gong, y de los cuencos también. Los he cargado por
muchos lugares. Lllevándolos por terrenos de barro hasta las rodillas. Pero
ellos no tienen la manera de trasladarse
y te necesitan.
S.F.: ¿Y en el presente a dónde te están llevando los gongs?
R.T.: Al teatro! (risas) La via para popularizarlos es
llevarlos a ámbitos masivos con una propuesta diferente a la de los ámbitos
tradicionals del gong, que son espacios pequeños con poca publicidad, medio de
guetto incluso. Mi idea es abrirlo más allá y el teatro es un ámbito bien
popular. Pensando bien de qué manera realizarlo para que sea potable para la
gente que no lo conoce. La propuesta que hicimos el año pasado fue crear una
´pera gong, en dónde había vestuario, se
contaba una historia. No me interesaba mucho reproducir lo que hago en ámbitos
más pequeños arriba de un escenario. Así que contamos una historia de mi
visión, muy personal, del nacimiento del sonido en el universo. Transformar al
gong en un ave que observa la civilización humana y que aparece en ciertos
momentos dónde es muy clara la balanza sobre la destrucción y el cambio de
paradigma. Así que relacioné al gong con un ave fénix, que por más que se
modifique siempre lleva una semilla de consciencia que renace para dar una
nueva oportunidad. Por motivos económicos no podía contar con un productor o
director, así que me cargué la idea, realización y producción general. Fué algo
hecho con mucho amor y esfuerzo, y salió genial. Me sorprendí que un mes antes
se habían vendido todas las localidades del estreno. Nunca había convocado a tanta gente con una entrada paga.
S.F.. ¿Hizo falta amplificar los gongs o con el sonido puro?
R.T.: Es difícil amplificar los gongs. Por suerte el teatro
tenía una buena acústica entonces desestimé la amplificación.
S.F.: ¡Mucho mejor!
R.T.: Después hubo una segunda función y ahora estoy por
sacar el dvd, lo filmamos. Había posibilidades de continuar con el proyecto
pero sentí que el ciclo se había cerrado. No recuperé el dinero que invertí,
salí perdiendo desde lo económico. Pero fue una muy buena experiencia.
Luego me empezó a resonar
la cuestión de los dragones de Ciruelo. Habíamos tenido un encuentro en
el konex en 2014 y yo le dije que tocaba gongs. Cuando nos despedimos me dijo
”los dragones y los gongs son uno sólo, hasta pronto” . Me quedé flashiadisimo. Le escribí a fines
de diciembre pasado por un proyecto para hacer un concierto y sustentarme en sus visuales
de dragones. Y el año pasado invité a Atilio Adriàn Matteucci (Athy) a la
segunda función de Gong Ancestral, que es un artista argentino que tiene 32
años, hace veinte años que la viene
remando con el arpa eléctrica. Tocó con gente como Lorena Mckennit y en festivales en Francia,
en España. Y se dio la causalidad que él es amigo de Ciruelo y surgió la
posibilidad de hacer un proyecto los tres.
S.F.: Se armó el triángulo.
R.T.: En ese proyecto
estamos. Me gusta ver cosas bellas y que sean reconocidas acá en argentina
Como que siempre estamos mirando afuera y no reivindicamos la calidad de los
músicos que tenemos. Que no tenemos nada que envidiar. Entonces mirar un
poco hacia dentro y apoyar también aca no? Porque por ahí viene una arpista de
afuera y la entrada sale cien dólares y la pagás. Y aca por ahí tenes que pagar trescientos pesos
a un artista de la misma calidad y no lo hacés.. Entonces coincidimos en esta cuestión de
hacer algo que esté a la altura de ser reconocido en todas partes. No esa
cuestión de “lo hacemos asi mas o menos”. No cuesta nada hacer las cosas bien.
S.F.: Demostremos que sabemos hacerla.
R.T.: Cuando uno pone todo en un proyecto, más allá del
beneficio económico, está el beneficio de poner hasta el último peso en un
sonidista, un iluminador que hace al espectáculo. Creo que esa es una
responsabilidad que tenemos como generadores de situaciones.
S.F.: Hagámosla bien.
R.T.: Hagámosla bien, si se puede.
http://www.ricardotoriano.com.ar/ns/sitio/
Entrevista realizada el martes 08 de marzo del año 2016.